Teléfonos móviles.
La semana pasada me echaron de
mi trabajo y tuve que buscar uno de nuevo, cosas de la crisis. Como muchos
estudiantes de hoy en día yo trabajaba desde casa con un horario flexible, a mi
medida, evitando casi por completo la luz del sol. Era inventor… básicamente
inventor de excusas para que mis padres me soltaran dinero sin rechistar, para
así poder administrarlo e invertirlo en la tan expandida cultura y arte del
botellón. “Papá necesito dinero para material de la universidad; la gasolina ha
subido, suelta más pasta; la lectura de este libro de 40 euros es obligatoria…
al final la cosa se torció y mis padres empezaron a sospechar de que yo nunca
llevara libros encima. Les dije que como soy muy despistado y no tenía mochila
los acababa perdiendo. Así que le dije: papá necesito 50 euros para una
mochila. Mis argumentos no le convencieron y me cortó el grifo.
Así
que tuve que buscarme un curro nuevo. Yo no se de que se queja todo el mundo,
los clasificados están llenos de anuncios de trabajo: comercial de seguros del
hogar, comercial de electrodomésticos, comercial de la bata manta, comercial de
comerciales… un anuncio muy curioso que decía: ¡Pon un comercial en tu vida! No
me decidía por ninguno así que lo hice a dedo. Cerré los ojos puse el dedo en
el periódico y con ese me quedé: “Comercial de Apple y Orange”. Yo de inglés no
se mucho pero me imaginé que era para vender fruta de importación, todo el
mundo come fruta, no podía ser muy difícil. Me explicaron que de fruta nada,
que se trataba de vender teléfonos móviles.
Para
empezar me pidieron que hiciera un estudio de mercado sobre la telefonía móvil
en Barcelona. De estudiar poco, pero los mercados de Barcelona me los conozco
bastante. Me planté en la Boqueria carpetita en mano en busca de información.
Es muy curioso porque la gente cuando te ve con la carpeta e intentas
abordarlos huye de ti. Alguno me decía que el sudaba de salvar a las ballenas y
que le dieran por saco a Green Peace. Hay mucho colgado suelto. Los únicos que
me hacían caso eran los guiris y los abuelos, que eran la gran mayoría de
transeúntes del mercado. A los guiris yo no los entiendo y a los abuelos mucho
menos. Yo solo les preguntaba si tenían móvil y algunas abuelas se aferraban al
bolso y gritaban como si les estuviera robando. ¡Búscate un trabajo yanqui, que
juventud! ¡Todos fumando porras de esas! Muy simpática la mujer. Al menos esa
no me dio un par de hostias con el bolso, que ya es mucho. Abandoné el mercado
en busca de un público más metido en el tema y escondí la carpeta para no
asustar al personal…. Aun oía a la señora de lejos: ¡que es eso del morbis una
droga como el Hdmi ese! ¡La mili os ha faltao, sinvergüenzas! Encontré un grupo
de modernillos no muy lejos de allí y les pregunté si tenían móvil; uno me dio
su cartera todo acojonado, se pensó que le estaba robando: “el bigote te hace
parecer un latin King” me dijo. Modernillos racistas, pero del buenri. Se la
devolví y les pregunté con que llamaban y enviaban mensajes. Se partieron el
culo de mi y me dijeron que no estaba en la onda: Que ellos tenían Black Berry
con what’s up. En ese momento me encendí, de inglés se poco pero creo me
estaban llamando Negro los jodidos racistas… pero al final me explicaron la
movida y me calmé.
Pues
se ve que sí, que los móviles ya no se llevan. Ahora son BB’s o I-phone’s. Yo
tengo un móvil de los de antes (Nokia de toda la vida), pequeño, manejable, te
llaman y suena una melodía cojonuda… sms…lo básico… una cámara de 4 pixeles que
hace fotos modernistas… haces una foto con tus colegas de fiesta y los pixeles
se colocan ahí como pueden y la foto parece un Picasso. De puta madre vamos, si
se cae al suelo la batería vuela por los aires; es una especie de mecanismo de
defensa como las fijaciones de los esquís. El teclado por un lado, la pantalla
por el otro. Lo montas y has de reprogramar la fecha y la hora, yo ya me he
cansado de reprogramar así que dejo lo que sale por defecto. Vivo en los años
90. Que está guay porque entonces mi móvil era la hostia así que sigo a la
última.
Pero a raíz de mi
nuevo trabajo me quise pillar un teléfono nuevo, de esos con what’s up y
Messenger. Que yo lo encuentro absurdo, ves a todo el mundo ahí todo el día con
la BB y sus putos pins; que si no tienes el pin de la peña no tienes amigos y
no te enteras de los planes que hacen. Tu antes quedabas con alguien, yo crecí
en la era tecnológica con los primeros móviles, llamabas; quedamos a las 6; si
a las 6:15 no habías llegado te llamaban a ver si te pasaba algo y poco más.
Ahora el control es exhaustivo, tú envías: -Ahora
salgo y… (Trululun). -Ok. Te contestan.
A los 5 minutos (trululun) -¿Dónde estás?
Y yo: -En la Gran Vía. (Trululun)
-Ok no tardes. (Trululun) Si hay mucho transito ven por Aragón. -Ok. I otra vez (Trululun) -No vayas por
Aragón que el GPS dice que hay obras.
Me pone de los
nervios tanto control. El GPS es la hostia y ahora lo que se lleva es que en
las redes sociales se vea donde estas en cada momento. A quien coño le importa
que estés en el Carrefour comprando calzoncillos. A los 2 minutos ya hay una
foto en el Facebook con la oferta de 3x1 en la mano. Y en 5 minutos ya hay 5
amigos que han comentado tu compra y 7 me gusta debajo de tu foto. No sabes
como pero se crea un grupo de la foto que dice: Los tíos con bigote saben
cuidar su cipote. Y sale un video en youtube con un Freak que ha hecho una
canción del tema. El mundo está sobre informado y como una puta cabra.
Pero
todo eso no me desmotivaba y quería estar a la última. Para seguir el ritmo de la tecnología, ya no
vale con comprar una Black Berry a secas, ahora ha de ser táctil. Los botones
ya no se llevan. A la peña le encanta todo lo táctil… lo que hay es mucho vicio
y con tal de tocar… Y las aplicaciones que hacen para estos aparatos ya son
para cagarse. El otro día quería bajarme el tetris de toda la vida pero me bajé
por error el I-tetris 4.2. (Todo va con I delante y con un número decimal
detrás). El juego era una movida brutal: las fichas del tetris bajaban como
siempre pero cada cierto tiempo aparecía el comecocos y tenías que matarlo
agitando la pantalla, pero entonces el cabrón te vomita las fichas y como el
aparato tiene sensor de movimiento has de subir y bajar el cuerpo para
expulsarlo de la pantalla; y si no se va has de cantar una canción que te sale
en pantalla como si fuera un karaoke para que el bicho se duerma. Me bajé el
juego mientras viajaba en tren y monté un espectáculo digno de ver. Allí
cantando, poniéndome de rodillas y agitando el móvil. 3 seguratas me redujeron
pensando que era un islamista suicida de esos. Oía a la vieja de fondo otra
vez: ¡Busca un trabajo drogainomano!
En
vista de lo sucedido he dejado el trabajo por estrés, he vuelto al teléfono de
siempre: la fecha se ha bloqueado en el 20 de mayo de 1992 que fue un gran día
y he llegado a la conclusión que para utilizar la nueva tecnología lo primero
que he de hacer es afeitarme el bigote.
11-03-2011 - KIKE SEGA. Seminario de guión televisivo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario